La batalla del ebrio
A la deriva, en la navegación de la escritura, en la navegación del yo que colinda con la retórica, con el lenguaje poético. Es así como Harris nos sitúa en un libro híbrido, que parece biográfico y a la vez no, que nos define un viaje por ese mundo interno que en su anterior obra no conocíamos. Como en El barco ebrio de Rimbaud, el que navega es él, el hablante lírico es el barco y la marejada es su vida. La metáfora es el tambalear, es la arena movediza de la navegación, es el caos disyuntivo del <> que flota, se deja llevar por la corriente y reafirma su existir. A la deriva, en la navegación de la escritura, en la navegación del yo que colinda con la retórica, con el lenguaje poético. Es así como Harris nos sitúa en un libro híbrido, que parece biográfico y a la vez no, que nos define un viaje por ese mundo interno que en su anterior obra no conocíamos. Como en El barco ebrio de Rimbaud, el que navega es él, el hablante lírico es el barco y la marejada es su vida. La metáfora es el tambalear, es la arena movediza de la navegación, es el caos disyuntivo del <> que flota, se deja llevar por la corriente y reafirma su existir.