El Desprovisto

De la mano del protagonista de esta novela, Julián Córdova, el lector se encontrará con uno de los misterios fundamentales del arte y de la existencia: ¿qué es en realidad la muerte?

Julián padece un extraño síndrome que lo distancia de su trabajo como profesor, de los conflictos familiares y de su realidad completa. Mientras su enfermedad avanza, no nos dejará más remedio que pensar en la muerte propia y ajena, en la deseada, en la inevitable, en la imaginada, en la que se siente en el alma incluso antes que en el cuerpo.

El desprovisto viene así a unirse a una larga tradición de novelas y cuentos que hablan sobre el fin de la vida. Tradición que encuentra un hito cuando Edgar Allan Poe escribió en 1844 uno de los cuentos más extraordinarios sobre ella, El entierro prematuro. Allí, en el tercer párrafo, condensó la idea central del relato: «Los límites que dividen la vida de la muerte son, en el mejor de los casos, vagos e indefinidos».

Poe no fue el primero ni sería el último en hablar sobre la muerte. Muchos lo precedieron y también otros siguieron sus pasos, no por nada es el destino ineludible de la existencia. Pero a pesar de que muchos hablan sobre ella, pocos se atreven a escarbar, escarbar de verdad, en esos límites que dividen la vida de la muerte. 178 años después de que Poe pusiera esas palabras sobre el papel, llega El desprovisto, de Jean Véliz D´Angelo, un thriller psicológico que, sin ánimo de entregar respuestas, nos recordará sus palabras: el límite que nos separa de la muerte es vago, en el mejor de los casos. En el peor de ellos, incluso estando vivos, dicho límite no existe. De la mano del protagonista de esta novela, Julián Córdova, el lector se encontrará con uno de los misterios fundamentales del arte y de la existencia: ¿qué es en realidad la muerte?

Julián padece un extraño síndrome que lo distancia de su trabajo como profesor, de los conflictos familiares y de su realidad completa. Mientras su enfermedad avanza, no nos dejará más remedio que pensar en la muerte propia y ajena, en la deseada, en la inevitable, en la imaginada, en la que se siente en el alma incluso antes que en el cuerpo.

El desprovisto viene así a unirse a una larga tradición de novelas y cuentos que hablan sobre el fin de la vida. Tradición que encuentra un hito cuando Edgar Allan Poe escribió en 1844 uno de los cuentos más extraordinarios sobre ella, El entierro prematuro. Allí, en el tercer párrafo, condensó la idea central del relato: «Los límites que dividen la vida de la muerte son, en el mejor de los casos, vagos e indefinidos».

Poe no fue el primero ni sería el último en hablar sobre la muerte. Muchos lo precedieron y también otros siguieron sus pasos, no por nada es el destino ineludible de la existencia. Pero a pesar de que muchos hablan sobre ella, pocos se atreven a escarbar, escarbar de verdad, en esos límites que dividen la vida de la muerte. 178 años después de que Poe pusiera esas palabras sobre el papel, llega El desprovisto, de Jean Véliz D´Angelo, un thriller psicológico que, sin ánimo de entregar respuestas, nos recordará sus palabras: el límite que nos separa de la muerte es vago, en el mejor de los casos. En el peor de ellos, incluso estando vivos, dicho límite no existe.